domingo, 30 de noviembre de 2008
espíritus caídos - blue devils
Lamentos, o gritos de campo de los esclavos en las plantaciones de algodón, tabaco y maní, en los estados de Mississippi, Louisiana, Georgia o Alabama…
Cantos con estructura armónica europea y el patrón de llamada y respuesta y la utilización de notas blues de raíz africana:
-los gritos de llamada y respuesta, expresiones funcionales de un estilo con acompañamiento o armonía y alejados de la formalidad de cualquier estructura musical.
- las notas de blues tiene la función de chocar con los acordes que se usan en la armonía para a compañar las melodías. Este choque armónico genera la sonoridad dramática característica de este estilo.
“Work songs”, los cantos de trabajo asociados a las cuadrillas de trabajadores negros y a las brigadas de prisioneros desparramados por las polvorientas carreteras del sur, interpretando ritmos uniformes, con frases improvisadas por una voz solista y un estribillo con el que respondían el resto de los trabajadores – probablemente en el Mississippi. El “holler” blues es más un estilo a capela, con el cantante interpretando para sí mismo con un elevado tono de voz y una mayor libertad en el ritmo – posiblemente en Texas. Pero lo único que se sabe con seguridad es que hasta ese momento tanto las “work songs” como los “hollers” se interpretaban sin ningún tipo de acompañamiento instrumental.
El blues ha evolucionado de una música vocal sin acompañamiento a la integración de instrumentos: guitarra, banjo, violín, instrumentos de cuerda que estaban generalmente permitidos a los esclavos.
En el caso del blues de Mississippi y Texas era común el martilleo de las teclas del piano y las cuerdas de la guitarra junto con el uso de un tubo de cristal o metal, una navaja o un anillo que deslizaba a lo largo de las cuerdas para producir un sonido quejumbroso.
Voz y guitarra:
- el uso de melismas y una entonación nasal,
- el tocar la guitarra, mediante una cuchilla afilada (W. C. Handy). Se deslizaba una hoja de cuchillo sobre las cuerdas y el músico podía obtener un sonido lastimero parecido a un gemido humano o al de un field-holler.
El blues era ante todo una música vocal y requería una calidad vocal en los instrumentos. La flexibilidad de la guitarra satisfacía esa exigencia. La afinación típica, mi-si-sol-re-la-mi, se alteraba tensando o destensando las cuerdas hasta que el instrumento quedaba afinado a una cuerda.
El gut-bucket blues era un instrumento musical casero (con forma de bajo) fabricado a partir de un cubo de metal el cual era utilizado para limpiar los intestinos de los cerdos y para preparar chinchulín (tipo de comida que se asociaba con la comunidad negra). De este intrumento deriva un genero los blues gut-bucket, que solían ser depresivos y trataban de las relaciones ásperas y difíciles, de la mala suerte y de los malos tiempos.
...“Early this morning
When you knocked upon my door
And I said “Hello, Satan,
I Believe it´s time to go”...
Robert Johnson
¿Se leería alguien en el Mississippi Fausto? Como cantaba Robert:
“You may bury my bury my body down by the highway side
so my hold evil spirit can catch a Greyhound bus and ride”
El blues del profundo sur, del delta del Mississippi, se expresaba con total desnudez, cada nota sale del alma y el canto es apasionado y áspero. Los ritmos son enérgicos, se tocan pocas notas y la guitarra repite insistentemente una breve frase musical después del canto, donde no importa demasiado el compás.
Clarksdale, situada en el cruce de las carreteras 61 y 49, en el corazón del Delta y de su cinturón de algodón, fue el lugar donde nacieron los “blue devils”: Charley Patton, Muddy Waters, Son House, Skip James, Tommy Johnson, Bukka White o Robert Johnson… Fue justamente en el cruce de la 61 y la 49 donde Robert Johnson hizo su pacto con el diablo para tocar la guitarra como pocos. Al parecer, desapareció un tiempo y regresó dejando a todos con la boca abierta cuando rasgaba su vieja Gibson.
El inicio de todo lo que se siguió después es absolutamente rural, con origen en las plantaciones de algodón, muy lejos aún del sonido urbano de las guitarras eléctricas distorsionadas. El blues rural comenzó a grabarse a partir de 1923 y estos músicos negros fueron los maestros de un lenguaje que más tarde el jazz, el rock o el punk echarían mano una y otra vez.